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Dolor en el deportista

El dolor en el deporte es un acompañante permanente, en ocasiones producido por el ejercicio mismo debido a las cargas de trabajo aplicadas durante las sesiones de entrenamiento, aunque también se origina por accidentes o lesiones agudas que pueden ocurrir durante la práctica de éste, por lesiones crónicas y sus secuelas o bien por degeneración articular en deportistas maduros.

Desde el punto de vista de su origen, el dolor en la actividad física y deportiva se puede dividir en tres categorías:

  • Inducido por el ejercicio, no asociado a traumatismos.
  • Traumático, producto de las lesiones.
  • Crónico o residual.

Dolor inducido por el ejercicio, no asociado a traumatismos

En el deporte ya sea recreativo, amateur o profesional se producen por lo menos tres condiciones que generan dolor en forma directa, sin asociación traumática, relacionadas con el ejercicio y sus efectos. Se clasifican en tres entidades separadas, perfectamente diferenciadas: los calambres, el dolor muscular agudo y el dolor muscular de aparición tardía.

a) Calambres

Son la primera condición dolorosa, se caracterizan por presentarse en forma súbita, como fuertes contracciones sostenidas de ciertos grupos musculares, persistentes, que no se relajan; pueden ser muy molestas y obligan al deportista a detener su actividad física. El descanso, los ejercicios de estiramiento, una buena alimentación y la rehidratación adecuada eliminan el problema, aunque en algunos casos es conveniente utilizar un fármaco antiinflamatorio que facilita la desaparición del dolor.

b) Dolor muscular agudo (DMA)

Es un dolor que se origina en el músculo esquelético durante el ejercicio mismo como resultado de la carga de trabajo y se distingue por aparecer en forma progresiva durante la sesión de entrenamiento. Como es producto del esfuerzo realizado, el DMA cede con el descanso, por lo que el dolor debe desaparecer en la siguiente sesión de ejercicio, de ahí que regularmente no se requiere de ningún analgésico para aliviar este síntoma.

c) Dolor muscular de aparición tardía (DOMAT)

Es el tercer tipo de dolor no traumático en el deporte, surge minutos, horas e inclusive días después de la sesión de trabajo. Resulta fácilmente identificable, es ese dolor acompañado de sensación de entumecimiento e hipertonía muscular. El DOMAT se manifiesta en sujetos que hacen ejercicio físico excesivo, no acostumbrado o en la actividad con pendiente cuesta abajo. Como ejemplo tenemos a las personas que hacen ejercicio los fin de semana, aquellas personas que no realizan ningún ejercicio en días laborales, pero que son capaces de jugar uno o dos partidos de fútbol o varios juegos de tenis, poniendo en riesgo su salud y hasta la vida, aunque los dos primeros días de la siguiente semana casi no puedan moverse. El dolor se alivia por sí solo con el descanso, aunque el uso de calor local, masaje y antiinflamatorios favorecen la recuperación.

Dolor de origen traumático

Las condiciones traumáticas propias del deporte de contacto directo o de colisión, como los combates , el rugby, o de contacto ocasional , como en el fútbol, basquetbol, carreras, son generadores de dolor. La intensidad de éste se halla relacionada con la magnitud del impacto, la cantidad de tejido dañado y la estructura anatómica involucrada.Puede ser trauma directo, indirecto o por sobreuso o abuso. Las lesiones que ocurren con mayor frecuencia son: esguinces de tobillo y rodilla, lesiones musculares, tendinopatías y lumbalgias. Las lesiones ocasionadas por traumatismo directo son principalmente las contusiones, seguidas de esguinces, luxaciones, fracturas, heridas, escoriaciones y, muy ocasionalmente, traumatismos encéfalo-craneales. Dependiendo del daño del tejido involucrado se maneja con fisioterapia, antiinflamatorios, intervencionismo e inclusive cirugía.

Dolor crónico o residual

Es la tercera causa de dolor en el deportista. Los años de ejercicio acumulado, movimientos llevados más allá de límites funcionales, cirugías y lesiones frecuentes y sus secuelas van alterando al organismo. Es entonces cuando el precepto de que el deporte es salud se aparta de su premisa esencial y se convierte en generador de problemas y dolores que acompañan al deportista hasta el final de sus días. se describen diversos síndromes en deportistas asociados con entrenamiento crónico, por ejemplo, el tobillo y la rodilla del futbolista, el codo del tenista, la espalda del voleibolista o del basquetbolista, las orejas de coliflor del luchador, la deformación nasal de los boxeadores, la rodilla del saltador, la tendinitis crónica de los corredores.

Manejo del dolor

El control del dolor en el deportista implica varias dificultades, la principal es que en el deporte competitivo existen reglamentos que prohíben la utilización de diversas sustancias que pueden interferir en la capacidad física de los deportistas y, como consecuencia (aunque no sea el objetivo), incrementar la capacidad de rendimiento físico, razón por la cual existe un control antidoping que regula el uso de diversos fármacos. En estos casos (es decir en el deporte de competición) el intervencionismo en dolor tiene una gran importancia y preponderancia, en la Clínica del Dolor contamos con técnicas innovadoras y de vanguardia para tal fin. En el caso del deportista que no sea de competición se cuenta con diversos tratamientos según sea la causa o entidad de la lesión desde tratamientos medicamentosos, hasta el intervencionismo.

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